Al tiempo que la industria de la biomasa forestal se expande a toda velocidad en Estados Unidos, Canadá, Rusia, Vietnam y Europa del Este, también avanza la amenaza a un incalculable número de hectáreas de bosques naturales y a los ecosistemas biodiversos que estos albergan, necesarios para el secuestro del carbono y la mitigación del cambio climático en esas mismas naciones y regiones. Incluso cuando el calentamiento global se prepara para marcar nuevos récords.